miércoles, 30 de noviembre de 2011

Hoy no.

Cuando el ejercito logro capturarme, un sentimiento de miedo y perdida se apoderaron de mi. Entraron por la noche, sin decir nada, rompiendo todo a su paso. A mi, me dieron con el arma en la boca y caí al suelo, escupiendo sangre. Empujaron mi cabeza contra el suelo y a mi esposa también, y a los dos a la vez, nos pusieron una capucha negra. Fue la ultima vez que la vi...

Las semanas siguientes solo fueron tortura y agonía, no por lo que me hacían, sino por lo que estaban haciendo a ella... Si para mi era un horror, mi corazón se rompía en mil pedazos al pensar que ella pasaba por lo mismo.

¿Que podía hacer? Cuando a una persona le das una esperanza y luego se la quitas... si la rompes delante de sus narices y casi le escupes en la cara por ello... ¿Que podía hacer?

El dolor no podría ser peor, asta que me tiraron su ropa a mi cara y entre risas dijeron que no paraba de llorar. Y que la única manera de que se callara era que dejara de respirar. Tantas sensaciones, nunca había sentido tanto odio por muchas personas. Tantas ganas de matar a alguien que te lo había quitado todo.

¿Que seria de mi?

Cuando ya no pudieron mas conmigo, cuando ya no les valía nada. Me llevaron a fusilar, como si de una lección se tratara. Me colocaron en un poste, me ataron de arriba a abajo y me quitaron la capucha. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz del día, llegue a ver un montón de gente. Odiándome por algo que jamas había cometido. Sentía ese odio, porque yo también lo compartía. Un hombre delante de mi empezó a hablar, o parecía que hablaba, por que gritaba las palabras al publico señalándome ami con ira y fuerza. Culpándome de algo que no hice, echándome en cara algo que en mi sano juicio aria. Querían un culpable, yo era la persona indicada. Era una esperanza para todos ellos, pero ahora era el mal en persona. Y había que acabar conmigo.

Así que, antes de fusilarme, me dieron unas ultimas palabras. Que podía decir... que yo no había sido, que era una marioneta, una cabeza de turko... no. No podía hacer eso. No por ella. Que me lo dio todo y me hizo ser lo que soy... y aun que esta gente intentara quitármelo, solo lo guarde dentro de mi. Así que era hora de sacarlo:

No estoy aquí para que me perdonen. Se que cuesta creerme, pero la mayor mentira esta camuflada como verdad. No dejéis que os destruyan esa poca humanidad que tenéis. Habéis pasado por lo mismo que yo y os han quitado lo que daba sentido a vuestras vidas. Y como yo, buscáis a un culpable. - El mismo hombre que me acusaba al principio me mandaba callar- No os dejéis mentir con tanta facilidad, no sois tontos, solo os cegáis con esta mentira y dejáis de pensar. No os rindáis, nunca. El verdadero enemigo no esta enfrente vuestra sino al rededor. Y esta camuflado como la verdad cuando en realidad solo es una falsa realidad. Os obliga a creer en su dogma y así os destruye, desde dentro. -Recibo un disparo en el pecho... pero sigo vivo- No podrán con la verdad... aun que la cubran de mentira.... la verdad solo nos ara libres... y empezamos a ver mas allá de las cosas... y....

Un disparo mas acalla mis palabras.

No puedo hablar, no me quedan fuerzas. Entre la multitud una persona se revela, no llego a verla pero si la oigo. Una joven chica empieza a decir cosas que no llego a escuchar, pero se que es la verdad, la reconozco. Otra persona se une a ella y todo se revuelve, reina el caos. Se que después de esta tormenta llegara el sol. Pero yo no lo veré... Hoy no.


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